Santa María Reina del cielo y de la tierra, protectora de todos nosotros tus hijos, que con gran amor maternal nos acoges bajo tu manto para que caminemos seguros hacia nuestra meta, que es Jesús
Madre, Reina de nuestros corazones, llénanos de paz y de amor, de humildad y sabiduría, para que podamos entender y practicar la santa palabra de tu amado Hijo.
Reina de nuestras almas, nos iluminas con tu esplendor para que con tu ejemplo no fallemos, nos haces ver la verdad de este camino que es la vida, y nos das la esperanza de llegar como Tu lo hiciste al cielo.
Para cantar alabanzas a Dios, junto a los ángeles y Santos por los siglos de los siglos.
Amén
HIMNO
Reina y Madre, Virgen pura,
que sol y cielo pisáis,
a vos sola no alcanzó
la triste herencia de Adán.
¿Cómo en vos, Reina de todos,
si llena de gracia estáis,
pudo caber igual parte
de la culpa original?
De toda mancha estáis libre:
¿y quién pudo imaginar
que vino a faltar la gracia
en donde la gracia está?
Si los hijos de sus padres
Toman el fuero en que están,
¿cómo pudo ser cautiva
quien dio a luz la libertad? Amén.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos.
Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.