Presenta a Jesucristo como nuestro Redentor por nombre (9:25) y purificador; ¡el Omnipotente!, palabra que se repite docenas de veces hablando del Señor. Job es de la época de los patriarcas, y es probablemente el libro más antiguo de la Biblia, que lo suele colocar a la cabeza de los 5 ó 7 libros sapienciales... y contiene algunos de los pasajes más citados y amados de la Biblia. Era de Hus, en Arabia, cerca de donde era Abrahán, y de su tiempo. ...
"Job" significa "el perseguido" en hebreo, y "el arrepentido" en árabe... los dos títulos le van bien, pero como era árabe, de Hus, quizás "el arrepentido" sea el verdadero significado. Dios le dio permiso a Satán a que hiriera a Job, y Satán le mató todos sus ganados, sus 7 hijos y 3 hijas, le quemó la casa... y Job reaccionó diciendo: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Yavé lo dio, Yavé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yavé!" (1:21)...
¡Satán estaba equivocado!... Job siguió siendo integro... y este verso 1:21 es precioso para vivirlo nosotros en nuestras vidas, ¡siempre aceptando la voluntad de Dios!, que nos quiere, y nos manda siempre lo mejor para nosotros, ¡aunque lo mejor parezca de momento un gran desastre! Fue Satán quien le hizo el gran desastre a Job, pero Job no lo atribuye a Satán, sino a Yavé... porque Yavé es el único "Señor", ¡el único responsable!, que ahora usó a Satán; otras veces usará a la esposa o el marido para purificarnos, otras veces usará la rebeldía de los hijos, o una catástrofe económica o un huracán... ¡pero siempre Yavé es el único Señor!, el único responsable de lo que nos pasa en la vida.
Y así lo expondrá otra vez el mismo Job en 5:17-18: "¡Dichoso el hombre a quien corrige Dios!. No desdeñes la corrección del Omnipotente. Pues El es quien hace la herida y la venda, el que hiere y la cura con su mano"... ¡es el Señor!, quien usa el bacilo de la tuberculosis o el virus de SIDA, ¡pero es el Señor el que hiere y cura!... y así lo dirá luego Moisés en Deut.32:39, y Pablo en Hebreos 12:5-12, y el mismo Cristo en Mat.6:25-34... 2- Segundo desastre de Job (cap.2) Ahora Satán hizo más, con el permiso de Dios: ¡Tocó la propia carne de Job!: Le llenó todo su cuerpo de una úlcera maligna ... y hasta su misma esposa le reprochó:
"¿Aún sigues tu aferrado a tu integridad?. ¡Maldice a Dios y muérete!"... ¡olvídate de Dios!... Pero Job no pecó, se mantuvo íntegro, y le contestó a la esposa: "Has hablado como mujer necia. Si recibimos de Dios los bienes, ¿porqué no también los males?" (2:10)... ¡otra vez se equivocó Satán!, Job no era bueno por conveniencia. Después de los dos discursos de Dios, Job le contestó: "Sólo de oídas te conocía; mas ahora te han visto mis ojos, ¡por eso me retracto y hago penitencia sobre polvo y ceniza" (42:5-6)... ¡Job fue purificado!, se arrepintió de su pecado, que era de "autosuficiencia", ¡de creerse justo!...
Y, después de que hizo penitencia sobre polvo y ceniza, Dios, ¡el único Señor!, le devolvió doble porción en todo: Lo sanó de su úlcera, ¡sin que Satán pudiera hacer nada!; le dio 14.000 ovejas, 6.000 camellos; y el doble número de hijos: 14 hijos y 3 hijas... ¡y 140 años más de vida!, en la abundancia, y honrado por parientes, amigos y conocidos... Después de estos 7 días Job explotó en el cap.3, ¡era lo que buscaba Satán!:
Comenzó a maldecir el día que nació, a desear haber muerto en el seno de su madre, o a haber sido abortado; maldijo los brazos que lo cogieron al nacer, y los pechos que lo amamantaron sin dejarlo morir... en 6:1 dirá, "que se digne Dios aplastarme, matándome"; y el cap.10 lanzará el grito más feroz: "¡Estoy hastiado de mi vida!... ¿porqué me sacaste del vientre de mi madre?. Muriera yo sin que ojos me vieran, llevado del vientre al sepulcro" (10:1,18).
Si alguna vez se ha sentido usted tan mal que ha deseado morirse, no se apure, ¡está en buena compañía!: El paciente Job deseo morirse; Moisés le pidió a Yavé "dame la muerte" en Num.11:15; Jeremías gritó, "maldito el día en que nací" (Jer.20:14); Elías y Jonás también desearon morirse (1Rey.19:4, Jon.4:8) El día que se sienta como que ya no vale para nada, ¡todavía vale para ser Santo!, como Job y Moisés y Jeremías y Elías y Jonás...
Job se siente totalmente turbado al final del cap.3 cuando dice, "lo que temo, eso me llega; y lo que me atemoriza, eso me coge"... pues cuando te sienta así, muy enfermo, o muy anciano, o desabilitado, o enterrado por el llanto... cuando te sientas que ya no sirve para nada, ¡todavía sirve para ser Santo! Tener siempre el ánimo de decir lo que gritó Job a Dios en medio de todas sus angustias, "aunque El me matara, no me dolería" (Job 13:15).
Y todavía es más impresionante el grito esperanzado de Job en medio de sus inmenso dolor, ¡esperando un redentor, y su recuperación!, "¡Quién me diera que se escribieran mis palabras y se consignaran en un libro, que con punzón de hierro y de plomo se esculpiesen para siempre en la roca!. Porque yo se que mi Redentor vive, y al fin se erguirá como fiador sobre el polvo; y detrás de mi piel yo me mantendré erguido, y desde mi carne yo verá a Dios" (Job 19:23-26)... ¡maravilloso!. ... En la persona de Job ocurrió lo que él mismo dijo, "que me pruebe al crisol, saldré como el oro" (23:10)... y nunca olvidemos, que "es batalla, la vida del hombre sobre la tierra" (7:1).
Purificación de Job: Esta es la esencia de la "filosofía del dolor" en Job: El sufrimiento es para "purificar al hombre y a la mujer"... es como la inyección que yo le pongo a mi hijo con mucho cariño, ¡para sanarlo!; como los martillazos que le da el artista al mármol, ¡para moldearlo!... ... Job era íntegro y recto, pero era un hombre, y como todo hombre ¡un pecador!... como nos dice Salomón, "el justo cae siete veces, y se levanta" (Prov.24:16). ¡todos somos pecadores!, nos gritarán San Pablo y San Juan...
... y Job, ¡también era pecador!... y su pecado era de esos que nunca confesamos, ¡porque ni nos lo imaginamos!... su pecado es que se creía justo, perfecto, sin ningún pecado... hasta el punto que en su último discurso del cap.31 Job retó a Dios a que le mostrara en qué había pecado: "¡péseme Dios en su balanza justa, y Dios reconocerá mi integridad!" (31:6).
Le da a continuación una lección a Dios de todas las cosas buenas que ha hecho en su vida... terminando con esta altanería, "¡ahí va mi firma!, ¡Respóndame el Todopoderoso!" (31-35)... Y el Todopoderoso le contestó desde un torbellino, haciéndole 77 preguntas en dos discursos, en los caps 39-41... ... Y Job comprendió su pecado de creerse santo, justo... y se arrepintió... y hizo penitencia, en 42:6... y Dios lo perdonó, y, después de purificado, le dio el doble en todo de lo que tenía antes de ser tentado por Satanás. Satanás también nos va a tentar a tí y a mí, ¡es su oficio!... tentó a Job, ¡y al mismo Jesucristo!, y lo tentó cuando Jesús se puso a orar y hacer penitencia por 40 días... así es que, por seguro, Satanás nos va a tentar... ¡pero no temas!...
¡/Dios está contigo!... y el resultado de todos los trabajos y asquerosidades de Satanás es que tu vas a purificarte y a recibir el doble de lo que antes tenías... ¡como Job!. A Job le ayudaron sus amigos y Dios. Ayuda de sus 3 Amigos (caps.3-31): Los 3 amigos de Job trataron de ayudarle... y le ayudaron con su presencia... ¡pero hicieron un muy mal trabajo!, según Dios (42:7-9)... y los 3 lo hicieron mal, porque, en vez de orar por Job, como hubiera hecho cualquier cursillista o carismático, lo que hicieron fue "insultarlo", cada uno en sus 3 discursos:
Elifaz le dijo a Job que era "inicuo malo", un "perverso" y un "tirano", y de "gran malicia" y de "faltas sin número" (4:8, 15:20, 22:5), a juzgar por cómo Dios lo había castigado... ¡y el pobre Job no era nada de eso!. ... Bildad le dijo que era un "impío", "perverso" y "malvado" (8:13, 18:5,21). Sofar le dijo que era un "charlatán", "malo", "inicuo", "malvado", "perverso", "culpable", "violento"... y, de verdad, Job no era todo eso...(11:3,14, 20:5:29, 27:13) .
La primera lección, es que nunca debemos juzgar a nadie por sus dolores, por los sufrimientos que Dios le mande... a Jesús, Dios le dio el regalo de morir en una cruz; a la Virgen, la cruz de ver morir en cruz a su único Hijo; San Pedro murió crucificado, San Pablo y Santiago y el Bautista, degollados... La segunda lección, es que cuando visitemos a un enfermo con dolor, ¡recemos por él y con él!... es lo que hizo Dios en los caps.38-41, considerar y alabar las bondades, grandezas y obras maravillosas del Señor que nos ama y se cuida por nosotros, tanto, que hasta los cabellos de nuestra cabeza tiene contados (Mat.10:30).
... esto es lo que debe hacer un cursillista cuando visita a un enfermo, ¡hacer palanca!... o un carismático, ¡orar!... o cualquier cristiano al visitar a alguien con un gran problema, ¡rezar con él!, pero nunca insultarlo, ni discutirle su vida... De todas formas, los 3 amigos tuvieron inspiraciones buenas:
Elifaz nos enseña sobre la "correccióm" de Dios, en 5:17-19, que después será ampliada por San Pablo en Hebreos 12, y por el Deuteronomio 32:39, Bildad le dijo algo bello y práctico para tí y para mí: "si tu recurres a Dios e imploras al Omnipotente, si fueres recto y puro, desde ahora velará por ti, y restaurará la morada de tu justicia" (8:5). .. ¡y en verdad, así ocurrió con Job!, y con todo que espera en el Señor. ... Sofar nos regaló la doctrina gloriosa de la "sabiduría", en el cap.28, que se alcanza con el "temor de Dios", cumpliendo sus mandamientos... es el tema del último libro de Salomón, "Sabiduría", uno de los más sustanciosos de la Biblia.
El joven Elihú trata de ayudar a Job con 4 discursos... Job no le contestó nada, y Dios tampoco lo menciona cuando el cap.42 cuando reprochó a los 3 amigos. ... Elihú acertó en decirle a Job que los dolores son "corrección" de Dios para purificar a los malos, y a los que parecen buenos (33:16-19). Le dijo la verdad a Job, señalándole que era una altanería decir "puro soy, sin pecado; limpio estoy, no hay culpa en mí" (33:9... y le hizo una profecía muy bella a Job que se cumplió a la letra:
"Reverdecerá tu carne más que en la juventud, volverá a los días de su adolescencia" (33:25)... y le dijo algo que nos puede valer en nuestras vidas, "no querelles contra Dios. .. pues a tu pecado añades la rebelión" (33:13,334:37). ... Y, en general, Elihú hizo un buen trabajo de ayuda, al insistir en las grandezas de Dios, e invitarle a Job a que se detuviera en contemplar las maravillas del Omnipotente... ¡será lo que haga luego Dios en persona!...
Finalmente, Yavé en persona, le da a Job dos discursos desde un torbellino; nunca le menciona sus dolores ni sus pecados... sólo le hace 77 preguntas acerca de la grandeza y maravillas de Dios... ¡sólo le invitó a reflexionar y alabar a su Dios!... ¡y este plan aparentemente absurdo es lo que condujo a Job a "ver a Dios"!, a su arrepentimiento y liberación. En su primer discurso, caps.38-39, Yavé se limita a hacer preguntas sobre el poder y las maravillas de Dios, la sabiduría del Creador, y su poder preservador...
Job le responde reconociendo su propia ignorancia e insignificancia, sin ofrecerle ninguna respuesta (39:33-34). ... En su segundo discurso, caps.39-40, Dios le hace repetidas preguntas sobre la soberanía y autoridad de Dios, capaz de controlar lo incontrolable... y el corazón arrepentido de Job responde con la penitencia y sumisión que condujo a su total liberación.En 42:1-6, cita que ya comentamos, ¡la solución de Job, y la tuya y la mía en cualquiera de nuestros dolores o adversidades!
SIGNIFICADO DEL DOLOR: 1- Es un "castigo" que Dios da por el pecado... y cada pecado es algo horrendo, es como "escupir a Dios en la cara"... merece un castigo inmenso, ¡aunque se hayan hecho cosas buenas!... el que le escupa a Dios en la cara uno que parece bueno, es tan malo como cuando le escupe un perverso... Es lo que dirá san Pablo y los Salmos, "no hay un justo, ni siquiera uno, todos se han corrompido" (Rom.3:11, Salmos 14 y 53). Es en lo que insistían repetidamente los 3 amigos de Job.
El castigo que Dios da es de "corrección", para purificar al malo o al que parece bueno, ¡porque todos somos pecadores!... así dice en Job 5:17... y será lo que amplíe Hebreos 12, llegando a decir que si Dios no te castiga es señal de que eres hijo "bastardo" de Dios, ¡que a Dios ya no le importa nada de tí!, que te da por perdido... pero como Dios no da a nadie por perdido, por eso a todos nos alcanza la corrección de Dios, como Padre... porque al cielo sólo puede entrar lo que es puro e inmaculado, ¡como la Virgen María!, dirá Efesios 1:4. 3. Desde Cristo, el dolor, la cruz, tiene un valor glorioso de "redención".
Jesús no nos redimió con sus milagros, ni con sus discursos tan bellos, ¡nos redimió con su cruz!. ... Los cristianos, cada cristiano, tenemos que ayudar a nuestros vecinos y familiares a ir al Cielo, tenemos que ser evangelistas, misioneros... y no lo seremos con nuestros sermones, ni con nuestros milagros, si milagros podemos hacer... ¡lo seremos con nuestra "cruz", la que Dios nos quiera regalar... así grita San Pablo, "me alegro de mis sufrimientos por vosotros, porque suplo en mi cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por su Cuerpo, que es la Iglesia", en Colos.1:24.
Por eso, un anciano imposibilitado no es una carga para la casa, sino el tesoro más glorioso que posee ese hogar... un ciego o un sordo o mudo, no son una carga para la sociedad, sino el tesoro más estimable que posee esa comunidad. La Primera Carta a los de Corintio, es sobre la "cruz de Cristo"; la Segunda Carta, es sobre "la cruz del cristiano"... ... San Pedro y Santiago también se alegran de sus sufrimientos y tentaciones, ¡con sumo gozo! (1Ped.4:13, Sant.1:2).
En el Apocalipsis, se llaman a los dolores ¡las trompetas de Dios!: Porque Dios nos "susurra" al oído dándonos el aire y el sol y nuestros cuerpos, ¡pero no le escuchamos!; nos "habla" por medio de la Iglesia y los hermanos, ¡pero tampoco le escuchamos!; y entonces, cuando no hay más remedio, nos "grita" al oído con las trompetas de Dios, ¡con los dolores y enfermedades!... ¡son los cariños más amorosos del Señor. Jesús "divinizó" el dolor en la Cruz... y, de alguna forma, cada dolor nos diviniza y diviniza a nuestros familiares, amigos y enemigos... el dolor es la moneda de más valor en la tierra... ¡el "dolor"!, no el "dólar"... por eso dice San Juan Vianney que "debemos ir tan afanosos en busca de dolores, como el avaro tras el dinero"..
El dolor, tu enfermedad, los problemas grandes con tu esposa o hijos, o de trabajo, es el tesoro más entrañable que te regala el Señor, ¡para divinizarte!... y para que ayudes a tus familiares y amigos a divinizarse, a que sean santos, felices en la tierra y en el Cielo.. San Pablo no sólo recibía con gozo los dolores, sino que ¡se los proporcionaba!, "castigo a mi cuerpo y lo esclavizo, no sea que habiendo sido heraldo de la verdad para otros, resulte yo descualificado" (1Cor.9:27).
San Luis María de Monfort enseña, siguiendo la Biblia, que "las mayores gracias y mercedes del cielo son las cruces que Dios nos manda": Si Dios te quiere mucho, te va a regalar una cruz grande... si te quiere tanto como a Jesús, te va a regalar una cruz tan grande como la de Jesús. A la Virgen María le regaló la cruz de que querían matar a su Hijo recién nacido,, y de que lo vio matar en una cruz; San Pedro murió crucificado con la cabeza para abajo; San Andrés en una cruz en forma de X; San Pablo, Santiago y el Bautista, degollados; San juan el Evangelista en una olla de aceite hirviendo..
"La cruz es el mejor presente del cielo. Jamás debemos mirar de donde nos vienen las cruces; nos vienen de Dios. es Dios quien da ese medio de probarla nuestro amor"... el cristianismo es la "religión de la alegría", porque hasta los dolores deben ser ocasión de gran gozo alabando al Señor, que nos los regala... y la misma muerte es una gran bendición, ¡la única puerta para entrar en el cielo eterno!, por eso la fiesta de los Santos, es el día que murieron. Jesús bendijo el dolor en los dos montes, el de las Bienaventuranzas y el del Calvario... ¡bendita lección de Job!, que nos enseña y anima a vivir con esperanza y gozo nuestro dolor, ¡el cariño del amor!.