Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía!
SALUDO
Gocémonos siempre en el Señor, honrando a la bienaventurada Virgen Santa María,
Madre de Dios, Virgen antes del parto, en el parto y después del parto.
Predestinada antes que todas las criaturas,
Reina y Corredentora, Abogada nuestra.
Amén.
PLEGARIA
Virgen Madre de Dios, Purísima María;
El que no cabe en todo el orbe se encerró hecho hombre en tus entrañas.
Después del parto quedaste virgen. Madre de Dios, intercede por nosotros.
R Dios te salve…
Virgen Inmaculada, concebida sin pecado:
Imploran tu favor los poderosos, porque eres la más poderosa de las criaturas y la más bella de los siglos.
El Señor te vistió con vestido de santidad y te rodeó con el manto de su gracia,
como a esposa adornada con sus joyas.
R Dios te salve…
Bendita eres tú, Virgen María Inmaculada,
por el Señor, Dios excelso, sobre todas las mujeres de la tierra.
Tú eres la gloria de Jerusalén; tú la alegría de Israel;
tú eres la honra de nuestro pueblo; tú la abogada de los pecadores
R Dios te salve…
ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios,
que con la cooperación del Espíritu Santo preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María
para que fuese merecedora de ser morada digna de tu Hijo:
concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración,
por su piadosa intercesión
seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna.
Por el mismo Jesucristo, Señor nuestro. Amén.
Salve