Eso le dijo a Santa Margarita María de Alacoque (cuyo cuerpo permanece incorrupto a pesar de los 330 años transcurridos), el 16 de junio de 1675.
Aprovechemos las innumerables gracias que Jesús concede a quienes desagravian su Sagrado Corazón los primeros Viernes de mes.
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Las Doce Promesas del Sagrado Corazón de Jesús
Aclaración
Primer Viernes---Segundo Viernes---Tercer Viernes---Cuarto Viernes---Quinto Viernes---Sexto Viernes---Séptimo Viernes---Octavo Viernes---Noveno Viernes
Aclaración respecto al título de este mensaje:
Muchos Santos, cuentan cómo pecadores empedernidos han sido salvados en la hora de su muerte por haber realizado ésta u otra devoción años atrás.
Si bien es cierto que existe la libertad humana de rechazar a Dios hasta el momento final, es imposible rechazarlo cuando se aparece Jesús EN PERSONA y FRENTE A NUESTROS OJOS, alejando al maligno en sus últimos desesperados intentos por desesperarnos, y llenándonos de paz y confianza en su Divina Misericordia.
El problema en el fondo no es el título, sino en no creer en la promesa de Jesús.
Esto no es un cheque en blanco para pecar porque, después de la Misericordia, a la que sólo se accede en vida terrena, se aplica la Justicia: deberemos pagar hasta el último pecado sin reparar, en el Purgatorio, donde se sufre más que cualquier tormento en la tierra, y también deberemos rendir cuenta de todas las buenas obras que pudimos hacer y no hicimos por nuestro egoísmo y de las almas que se perdieron por las gracias desaprovechadas por nuestra tibieza, al no tratar de ser perfectos como nos pide Jesús.
Por favor, reenvíe este mensaje de salvación
en reparación de las heridas
que cada pecado causa en el Sagrado Corazón:
¡ Jesús mismo y miles de almas, se lo agradecerán en la tierra y en el Cielo !
Las Doce Promesas del Sagrado Corazón de Jesús
1.-Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.2.-Les daré paz a sus familias.
3.-Las consolaré en todas sus penas.
4.-Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
5.-Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
6.-Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
7.-Las almas tibias se volverán fervorosas.
8.-Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
9.-Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
10.-Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
11.-Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
12.-Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.
CONDICIONES PARA GANAR ESTAS GRACIAS:
1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción (obviamente, sin estar en pecado mortal, por ejemplo, por faltar a la Misa dominical). Se sugiere confesión con intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
Explicación de este dibujo:
En el centro está el Sagrado Corazón de Jesús. Alrededor se ven nueve corazones, que representan los Nueve Primeros Viernes, señalados del uno al nueve. Dentro de estos pequeños corazones hay una crucecita. Cuando hayas comulgado el primer viernes de la serie, harás una cruz con lápiz, nunca con tinta, sobre la crucecita del núm. 1; el segundo mes, otra cruz sobre el núm. 2. Y así en los demás meses.
Al terminar la serie de los Nueve Primeros Viernes, pintarás con lápiz de color muy suave uno de los corazoncitos que hay dentro del Corazón de Jesús, y borrarás las nueve cruces de los corazones. Cuando termines otra serie de Nueve Primeros Viernes, pintarás otro corazoncito de dentro del Corazón de Jesús, con lápiz de color muy suave y diferente del primero. De esta manera serán tantas las series de Primeros Viernes cuantos sean estos corazoncitos pintados. Y será esto un recuerdo para toda tu vida, y en la hora de tu muerte, los podrás presentar al Corazón de Jesús.
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"PRIMER VIERNES
¿Dónde vivía Jesús? Jesús, Dios y Hombre verdadero, vivía en un pueblecito llamado Nazaret, tenía sus casas escalonadas en la montaña y edificadas con piedra blanca. Las casas eran de forma cuadrangular y con la escalera en su parte exterior. Sus calles, pendientes y mal conservadas, y en su parte más baja se levantaba una casita, que servía de taller a un pobre carpintero. Nada en ella de muebles ricos y lujosos, sino todo pobre, aunque limpio, aseado y en buen orden. Jesús, que podía disponer de todos los palacios del mundo, vive en aquella humilde casita. ¿Qué te parece? ¡Qué simpático se hace el Rey de los cielos habitando en Nazaret! Procura ser humilde y sencillo como Él.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Yo te prometo, en el exceso de la misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los primeros viernes de mes, durante nueve meses consecutivos, la gracia de la penitencia final, y que no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los Santos Sacramentos, asegurándoles mi asistencia en la hora postrera.
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¿Como vivía Jesús? Él era Amo y Señor de cielos y tierra, y quiso vivir pobre y necesitado de todo. Vivía en una casa pobre y vivía pobremente. Dice San Buenaventura que algunas veces le faltó a la Sagrada Familia aun lo más necesario para la vida. Jesús no hacía caso de las cosas de la tierra. Su Corazón estaba en las cosas del Cielo. Con esto quiso enseñarnos que hemos de pensar en la vida eterna que nos espera para después de la muerte. ¿Por qué tú piensas tanto en las cosas de este mundo, que se han de acabar un día, y no piensas más en el Cielo, que durará siempre?
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
TERCER VIERNES
¿Cómo crecía Jesús? Jesús iba creciendo en edad y gracia delante de Dios y de los hombres. No que fuese después más santo y bueno de lo que era antes, porque fue siempre santísimo y perfectísimo, sino que cada día daba más muestras de la santidad que poseía, y cada día se veía más la bondad y Perfecciones de su Divino Corazón.
Tú, así como creces en edad, has de crecer también en bondad y santidad, y cada día, no sólo has de parecer mejor, sino que en realidad has de serlo. ¡Qué lástima de ver a ciertos jovencitos que son cada día peores y que con los años van aumentando los pecados que cometen! No seas tú de ese número y procura imitar a Jesús. Ámale más cada día y piensa cómo se portaría Él cuando tenía tu misma edad.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada díaCorazón de Jesús, que habéis hecho tan grandes promesas a cuantos comulguen Nueve Primeros Viernes de Mes seguidos, os ofrezco hoy la Comunión de este Primer Viernes, que es el... (1) de los que dedico a gloria y honor vuestro, a fin de que cumpláis en mí la gran Promesa de morir en vuestra gracia y amistad. Amén.
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Pondré paz en las familias. Bendeciré los lugares donde se venera la imagen de mi Corazón.
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>¿Cómo Oraba Jesús? Mírale en su casita de Nazaret en medio de María y de José, unas veces de rodillas con su cabeza dulcemente inclinada sobre su Corazón, otras veces de pie, con las manos levantadas, como entonces se acostumbraba. Está orando. Tiene sus ojos modestamente bajos o levantados al Cielo. Su cuerpo está en la tierra; pero su espíritu se ocupa solamente en las cosas celestiales. ¡Aquélla sí que es oración que hemos de procurar imitar! Nosotros ¿cómo oramos? ¿Cómo te encomiendas a Dios, tú que esto lees? ¿Rezas bien? ¿Se reza en tu casa? Así como coméis juntos, ¿oráis también juntos?
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Seré su consuelo en todas las tribulaciones.
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¿Cómo obedecía Jesús? Jesús era Dios y no tenía obligación de obedecer a nadie. Era mucho más que María y que José. A Él debían obedecer todos, incluso sus padres. Sin embargo obedecía con prontitud y alegremente, sin murmuración, sin réplica.
Tú has de obedecer a tus padres y superiores, porque Dios te lo manda. Has de obedecer en las cosas del orden doméstico, cuando te mandan ejecutar algún trabajo, cuando te prohiben ir a ciertos lugares o juntarte con malas compañías. Y has de obedecer, aunque te repugne lo mandado, sin mostrar mala cara ni dar ningún disgusto, a no ser que se te mandase alguna cosa contra la Ley de Dios, El que es obediente, se hace amable a todos.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Derramaré copiosas bendiciones en todas sus empresas.
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¿Cómo trabajaba Jesús? Sí, Jesús también trabajaba y quiso ganarse el sustento con el trabajo de sus manos. Él ayudaba a su Madre en los quehaceres domésticos, y a José en el oficio de carpintero. Aquel mismo que con sus omnipotentes manos había creado el cielo y la tierra trabajaba humildemente en un pobre taller. ¡Qué humildad la suya!
Tú debes también trabajar en las ocupaciones que te hayan enseñado, sea en casa de tus padres, sea en el taller u oficina en que te encuentres empleado, o en el Colegio. Academía o Instituto a cuyas clases asistes. Aprovecha el trabajo de tu primera juventud no pierdas el tiempo en bagatelas o en excesivos juegos.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Los pecadores hallarán en mi Corazón un océano de misericordia.
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¿Cómo hablaba Jesús? ¡Qué gusto debía dar el oir a Jesús cuando hablaba! ¡Con qué amabilidad preguntaba y respondía a sus padres! Sus palabras caerían como regalada miel sobre los Corazones de María y de José. En aquella familia nunca se oían palabras torpes o malas, amargas o picantes, sino que todas eran llenas de inefable amor y caridad. ¡Qué consuelo el de aquellos padres con un Hijo de tales prendasl ¡Qué benevolencia y cariño respiraban sus palabras, salidas de aquel Corazón, que era todo amor y caridad!
Y tú ¿cómo hablas? ¿Hablas con orgullo, o hablas de cosas inconvenientes o abiertamente malas o peligrosas? ¿En qué, cómo y cuándo debes enmendarte? Reflexiónalo bien.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Las almas tibias hallarán fervor. Las almas fervorosas llegarán presto a la perfección.
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¿Cómo se portaba Jesús con las gentes? Jesús era poco amigo de salir de casa; allí se encontraba bien con María y con Josté; pero salía cuando era necesario o conveniente y se portaba con exquisita corrección, cortesía y caridad con todos. A todos daba excelentes ejemplos de piedad, procurando encaminarlos por el camino del Cielo. Era el más fiel amigo, el ciudadano más ejemplar, el modelo de todos, de los pequeños y de los mayores. Nunca se le veía en lugares de diversiones mundanas.
Y tú, ¿a dónde vas? ¿Por qué eres tan amigo de verlo todo, de oirlo todo? Quizá vas a ciertos sitios no buenos, adonde Jesús no podría acompañarte. ¿Lees cosas malas?
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Daré a cuantos trabajan por la salvación de las almas el don de ablandar los corazones más endurecidos.
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¿Cuándo iba al templo Jesús? En la Sagrada Familia se guardaban las buenas costumbres de los israelitas. Por la mañana rezaban las oraciones mandadas. Los lunes y jueves acudían por devoción a la Sinagoga para oír la Sagrada Escritura. Todos los Sábados (que era para ellos lo que es ahora para nosotros el domingo) no faltaban a la Sinagoga a rezar y cumplir lo que decía la Ley. Cada año, aun los que es de Jerusalén, habían de ir tres al templo, porque no había más que uno se adorase al verdadero Dios.
La Sagrada Familia vivía en Nazaret, que distaba más de cien kilómetros ciudad, y ningún año faltaba a las solemnidades prescritas. En una de esas idas al templo, Jesús, que tenía ya doce años, que sin decirlo a sus Padres, porque esta era la voluntad de su Padre Celestial. Allí Jesús oraba, leía, cantaba salmos, alababa a Dios. Allí el presidente explicaba la Sagrada Escritura y preguntó, como solía hacerse, si alguno de los oyentes deseaba hablar o hacer al pregunta. Jesús se levantó modestamente y comenzó a explicar los pasajes de la Escritura que hablaban de Él, que era el Mesías o Salvador que había de venir al mundo. Todos quedaron admirados al ver la sa Jesús, que sabía más que todos ellos. Imita a Jesús, y acude al templo en los días que nos manda la santa Iglesia.
Ofrecimiento de la Sagrada Comunión para cada día
Para que el Corazón de Jesús nos conceda las gracias que le pedimos, rezaremos las siguientes deprecaciones y padrenuestros, en memoria de las tres Insignias, Cruz, Corona de espinas y Herida de la lanza, con que se apareció a Santa Margarita de Alacoque:
Por la Cruz que se levanta sobre vuestro Corazón, concededme, Jesús mío, de mis pecados perdón. Padre nuestro...
Por la Corona de espinas, que os lastima el Corazón, concededme, Jesús mío, que piense en vuestra Pasión. Padre nuestro.
Por esa sangrienta Herida, que os traspasa el Corazón, concededme, Jesús mío, de mi alma la salvación. Padre nuestro...
Guardaré recuerdo eterno de cuanto un alma haya hecho a mayor gloria de mi Corazón. Los que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, de donde no será borrado..
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