Oraciones a la Virgen




DAME MADRE

Dame tus ojos, Madre, para saber mirar
si miro con tus ojos, jamás podré pecar.

Dame tus labios, Madre, para poder rezar, si rezo con tus labios... Jesús me escuchará.

Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar, es tu lengua patena de gracia y santidad.

Dame tus manos, Madre, que quiero trabajar, entonces mi trabajo, valdrá una eternidad.

Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad, cubierta con tu manto al cielo he de llegar.

Dame tu cielo, oh Madre, para poder gozar ,
si tú me das el cielo, ¿qué más puedo anhelar?

Dame a Jesús, oh Madre, para poder amar, ésta será mi dicha por una eternidad.

Amén.







DIOS TE SALVE, MADRE


Dios te salve poderosísima Madre Inmaculada
dignísima Madre de Dios;

Dios te salve misericordiosísima María
gozo perfecto de los ángeles, alegría de los serafines, delicia de la Beatisima Trinidad.

Dios te salve, reparadora del mundo y salvación de los pecadores:

No ignoras Señora, las necesidades que padezco
y los trabajos que afligen mi corazón, acude; oh poderosísima Madre Inmaculada consuelo y alivio mio.

Yo te alabo y te venero; consuelo de mis penas, remedio de mis aflicciones .




OH MARIA

OH MARIA,
MADRE DEL AMOR, DEL DOLOR Y DE LA COMPASION. TE ROGAMOS QUE UNAS NUESTRAS ORACIONES CON LAS TUYAS, PARA QUE JESUS TU HIJO DIVINO, A QUIEN INVOCAMOS, OIGA NUESTRAS SUPLICAS


EN NOMBRE DE TUS LAGRIMAS MATERNALES
Y NOS CONCEDA LA PAZ QUE TAN ARDIENTEMENTE BUSCAMOS PARA QUE ASI PODAMOS OBTENER LA CORONA DE LA VIDA ETERNA.

AMEN.


¡LAS LAGRIMAS DE LA MADRE DE NUESTRO SEÑOR! ¿QUIEN PODRA RESISTIR A ELLAS?

NADIE, NI SIQUIERA AQUEL QUE ES EL AUTOR DE LA VIDA.


CUANDO LAS TORMENTAS, LAS ANSIEDADES Y DOLORES LLENEN NUESTRO CORAZON, ELEVAMOS NUESTROS PENSAMIENTOS A DIOS. POR LAS LAGRIMAS DE SU SANTISIMA MADRE ABLANDAREMOS MAS SU CORAZON DIVINO





AMOR DE MADRE


Lirio frágil y esbelto tan fragante quiero verte a mi lado,
mi ternura de Madre por ti vela con amor exquisito, dulce amparo.

Si peligros te cercan por doquiera con fermentido halago, y el mundo te presenta sus hechizos, que encierran brillo falso. Acude a mí.
Mi velo te cobija con maternal cuidado, y este velo de virgen sabrá darte de la pureza los divinos rasgos. En contra del demonio y sus ardides cubrirte he con mi manto.

Este manto de reina es poderoso, y defender sabré tu débil tallo.


Y si las amarguras de la vida te causaran quebranto, ven a mi corazón, nido de amores, que consuelo te brinda de antemano.
Mi corazón de Madre siempre escucha, a aquél, que suspirando, acude a mi,
nadie ha podido decir, que me invocó sin resultado.
Mi corazón de Madre es el tesoro que da tierno descanso,
esa paz abundosa, reposada, para las luchas y dolores arduos.

Mi corazón de Madre quiere darte un don, el más preciado, que conozcas,
que ames a mi hijo, y que grabes en ti todos sus rasgos.

Es el Amigo Fiel que no abandona, su amor es soberano.
Con ternura especial por ti vela, como nadie jamás habría velado.

Y aunque todos te olviden, te desprecien, o te sean ingratos, Jesús por siempre te amará con creces, como nadie jamás te hubiera amado.
No olvides pues su amor ni lo desdeñes, y en El simpre confiando,
hallarás fuerza invicta en la ardua lucha por conservar tu brillo siempre intacto.

Y con mi velo virginal cubierto, y con mi regio manto,
vivirás, lirio fiel, cabe tu Madre su corazón por ti siempre velando.

Por: Madre Teresa Guevara Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús



MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra Mi espíritu en Dios, mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de Su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí;
Su Nombre es Santo y Su Misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con Su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel Su siervo,
acordándose de Su Misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Amen.
BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y que eternamente lo sea pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.

A tí, celestial princesa,
Virgen Sagrada Marìa, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón.

Mírame con compasión, no me dejes Madre Mìa hasta mi última agonía se mi amparo y protección. Amen.


CON LOS OJOS DE MARIA


Desde la Anunciación hasta el Calvario, tus ojos Madre son mi fortaleza y esperanza. Me esfuerzo por llevar tu mirada Santa delante de mí, aunque las dificultades que plantea este mundo me hacen sucumbir, las más de las veces, presa del dolor y del temor .

La lucha entre la carne y el espíritu es ardua. Solo en el remanso de tu mirar encuentro el consuelo y la paz, frente a tantas cosas que mi pobre humanidad no alcanza a comprender.

Madre medianera de todas las gracias,
Puente que me conduce a Cristo, reservorio de santidad es tu seno, fija en mí tus amados ojos para que pueda ser servidora humilde y de mi Sí con amor al Amado.

Intercede por mí, Reina del Cielo y de la tierra, para que pueda responder con fidelidad a la vocación a la que fui consagrada, dentro de la iglesia doméstica.


Ruega al Señor para que me conceda la perseverancia final,
y la alegría de los verdaderos hijos de Dios.

Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén



ME CONSAGRO A TI

Oh bienaventurada y dulcísima Virgen María, Madre de Dios, toda llena de misericordia, hija del Rey supremo, Señora de los Ángeles, Madre de todos los creyentes: hoy y todos los días de mi vida, deposito en el seno de tu misericordia mi cuerpo y mi alma, mis acciones, pensamientos, intenciones, deseos, palabras, obras; mi vida entera y el fin de mi vida; para que por tu intercesión todo vaya enderezado a mi bien, según la voluntad de tu amado Hijo y Señor nuestro Jesucristo, y tú seas para mi, oh Santísima Señora mía, consuelo y ayuda contra las asechanzas y lazos del dragón y de todos mis enemigos.

Dígnate alcanzarme de tu amable Hijo
y Señor nuestro Jesucristo, gracias para resistir con vigor a las tentaciones del mundo, demonio y carne, y mantener el firme propósito de nunca más pecar, y de perseverar constante en tu servicio y en el de tu Hijo.

También te ruego, oh Santísima Señora mía, que me alcances verdadera obediencia y verdadera humildad de corazón, para que me reconozca sinceramente por miserable y frágil pecador, impotente no sólo para practicar una obra buena, sino aun para rechazar los continuos ataques del enemigo, sin la gracia y auxilio de mi Creador y sin el socorro de tus santas preces.

Consígueme también, dulcísima Señora mía, castidad perpetua de alma y cuerpo, para que con puro corazón y cuerpo casto, pueda servirte a ti y a tu Hijo.

Concédeme pobreza voluntaria, unida a la paciencia
y tranquilidad de espíritu para sobrellevar los trabajos de mi Religión y ocuparme en la salvación propia y de mis prójimos.

Alcánzame, dulcísima Señora,
caridad verdadera con la cual ame de todo corazón a tu Hijo Sacratísimo y Señor nuestro Jesucristo, y después de Él a ti sobre todas las cosas, y al prójimo en Dios y para Dios: para que así me alegre con su bien y me contriste con su mal, a ninguno desprecie ni juzgue temerariamente, ni me anteponga a nadie en mi estima propia.

Haz, oh Reina del cielo, que junte en mi corazón el temor y el amor de tu Hijo dulcísimo, que le dé continuas gracias por los grandes beneficios que me ha concedido no por mis méritos, sino movido por su propia voluntad, y que haga pura y sincera confesión y verdadera penitencia por mis pecados, hasta alcanzar perdón y misericordia.


Finalmente te ruego que en el último momento de mi vida, tú, única madre mía, puerta del cielo y abogada de los pecadores, no consientas que yo, indigno siervo tuyo, me desvíe de la santa fe católica, antes usando de tu gran piedad y misericordia me socorras y me defiendas de los malos espíritus, para que, lleno de esperanza en la bendita y gloriosa pasión de tu Hijo y en el valimiento de tu intercesión, consiga de él por tu medio el perdón de mis pecados, y al morir en tu amor y en el amor de tu Hijo, me encamines por el sendero de la salvación y salud eterna. Amén.



¿PORQUE LLORAS TANTO?

¿Porque lloras tanto?
Que pasa en el mundo que te entristeze tanto?

Virgen Maria, Tu quieres la salvacion de todos tus hijos.
Por eso acaso lloras tanto? Virgen Maria, hazme saber tu voluntad!!!

Dime Tu dulce madre amorosa el camino que tengo que llevar. Virgen Maria, La Madre de JESUCRISTO, dime como puedo hacer para secar tus lagrimas. Virgen Maria, te bendigo y anhelo ser como Tu.

Yo se que no soy nada ante Ti por causa de mis graves pecados, pero si puedo evitar que llores tanto, Porfavor!!! usa mis ojos para desahogar tu llanto.

Inmaculada Virgen Maria, La Madre de toda la humanidad!!! recuerdo toda mi vida y ahora comprendo porque tu llorar... he sido injusta y vengativa he sido hipocrita y mentirosa he sido asesina y vanidosa.

No te busco como a "Mi Madre" sino te insulto y te calumnio, te humillo y te ignoro... Ahora comprendo porque esas tan triste Maria, Tu eres el camino para llegar a tu hijo amado...

Virgen Maria, ahora comprendo porque tu llorar
ofendi a tu hijo al hacerlo contigo. Tu quieres mi salvacion Virgen Maria, por eso nos diste a tu amado hijo...

Jesucristo murio por nuestros pecados,
El hizo lo mas dificil!!! a nosotros nos dejo lo mas facil, amar a nuestro proximo como a nosotros mismos y asiganar el Cielo. No es dificil hacer lo que tu hijo nos pide.

Ahora comprendo tu llanto Maria, perdon te pido Madre Mia! Te pido un corazon noble y sencillo, Te pido la humildad que Tu tienes Y te pido me des fortaleza para soportar las injurias e insultos Que mis hermanos dicen y hacen al ofenderte.

Virgen Santisima Maria, ahora comprendo tu llanto
y de ahora en adelante quiero me dejes acompanarte y compartir conmigo tu llanto.


Oración a María, Madre de la Eucaristía
Ave María, dulce Madre de la Eucaristía.. Con dolor y mucho amor, nos has dado a tu Hijo Jesús mientras pendía de la Cruz.
Nosotros, débiles creaturas, nos aferramos a Ti para ser hijos dignos de este gran AMOR y DOLOR.
Ayúdanos a ser humildes y sencillos, ayúdanos a amar a todos los hombres, ayúdanos a vivir en la gracia estando siempre listos para recibir a Jesús en nuestro corazón.
Oh María, Madre de la Eucaristía, nosotros, por cuenta propia, no podremos comprender este gran misterio de amor.
Que obtengamos la luz del Espíritu Santo, para que así podamos comprender aunque sea por un solo instante, todo el infinito amor de tu Jesús que se entrega a Sí mismo por nosotros.. AMEN


[Nuestra Señora del Perpetuo Socorro]
Virgen del Perpetuo socorro



Oh, Virgen del Perpetuo Socorro! El dulce nombre que llevas
y tus misericordias me traen hoy a tus plantas. Aunque son
muchas mis necesidades y miserias, imitandote, quiero
olvidarme de mi para pensar en mis hijos. Son parte
de mi corazón, son bendiciones de infinito valor que

Dios me ha dado, pupila de mis ojos, y no quiero que se pierdan.

A Ti vengo, poderosa Reina de Cielos y Tierra,
socorre a mis hijos, es la súplica que quiero hacerte.
Los llevo en mi corazón, en ellos pienso al despertar
por la mañana, los tengo presentes en mis trabajos,

y ellos son el último pensamiento al entregarme al
sueño por la noche. Mis hijos!, los quiero buenos,
los quiero santos, quiero que Tú los ames, que Tú los bendigas.


Recíbelos bajo Tu manto; que Tú maternal bendición
los acompañe y que tu Perpetuo Socorro los guarde y
los conserve en el buen camino, los defienda contra

los enemigos del alma, los anime en sus luchas contra
el mal, y los sostenga en la práctica del bien.
En Ti depósito toda mi responsabilidad de madre.


Cuando en sus actos de piedad, los veas que imploran
las misericordias del Señor,Socórrelos, Madre mía.


Cuando el infierno trate de perderlos con los atractivos del placer,
Socórrelos Madre mía.

Cuando el Cáliz del dolor venga a probar su fé y su virtud,
Socórrelos Madre mía.


Para que en ansias de superación se acerquen a recibir
los sacramentos,Socórrelos Madre mía.


Cuando tras el trabajo del día, se entreguen al descanso
de la noche,Socórrelos Madre mía.


Que Tu maternal bendición descienda sobre ellos de día
y de noche, en sus alegrías y tristezas, en el trabajo y
en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en la vida
y en la muerte, para que contigo y por Ti, ellos y yo
podamos ver, alabar y amar a Tu Hijo y a Ti eternamente
en Cielo. Así sea.