2do. Sábado




Meditación sobre el segundo misterio gozoso: La Visitación de María Santísima a Santa Isabel.
Lectura, San Lucas 1: 39-45

Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo: "¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Pues tan pronto que oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!"


Virtud.- Caridad.

Práctica.- Ejercicios en la caridad para con el prójimo. Socorred de modo especial a las almas del purgatorio, ofreciendo por ellas : Misas, Rosarios y Comuniones; también indulgencias y mortificaciones.

Recordatorio Sor María Romero Meneses: Todas las almas a quienes Dios llama a la santidad, poseen cierta nobleza de sentimientos que las hace superiores a los bienes de la tierra; y al mismo tiempo cierta ternura de corazón, que las hace sensibles a las miserias de los demás, y las induce a sacrificar parte de lo suyo para aliviarlos. Pues bien, de la reunión de estas dos cualidades, nobleza de sentimientos y ternura de corazón, nace la generosidad. ( F II 43 ).

ORACIÓN
Oh María, Madre de gracia y de caridad por el gozo que tuviste cuando al visitar a Santa Isabel llevaste la alegría a casa de Zacarías y el Bautista fue santificado al oir tu voz; visita mi pobre alma, hazle oir tu voz maternal y llénale de grande amor de Dios y del prójimo.

ORACIÓN
( Se dirá todos los sábados antes de la Comunión ).
Oh Salvador mío y Dios mío, por tu nacimiento, pasión y muerte y por tu gloriosa resurrección, concédeme estas gracias ( se piden ).
Te las pido por el amor de este misterio en honor del cual recibiré tu Carne y Sangre divina. Te las pido por tu Corazón Sacratísimo, por tu Santísima Madre Inmaculada, por tu Santísimo Nombre, oh Jesús, mío, por el que has prometido toda suerte de gracias.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Reina, gloriosa del Santísimo Rosario, Hija del Eterno Padre, Madre del Divino Hijo y Esposa del Espíritu Santo, por tus goces y dolores, por tus glorias y por los méritos de este misterio en honor del cual ahora me acerco a la Santa Mesa, te pido con toda mi alma me concedas estas gracias, Angel de mi guarda, acompáñame y sugiéreme los afectos más santos, más humildes y más puros que me sean posibles.
( Después de la Comunión se dirá la misma oración que se dijo antes de comulgar, a Nuestro Señor y a la Virgen cambiando la frase de petición en esta forma ).
Te las pido por el amor de este misterio en honor del cual me he acercado a la Santa Mesa.

ORACIÓN A SAN JOSÉ
Oh Padre Augusto de Jesús y Padre nuestro San José, a quién el Eterno Padre confió su querido Hijo, el Espíritu Santo; su castísima Esposa; y la Madre Virgen, todos los tesoros de su virginidad. Tú que tanto puedes con el Corazón de Jesús y el de María, tienes que concederme estas gracias que tanto deseo.

ORACIÓN A JESÚS CRUCIFICADO
Heme aquí, mi amado y buen Jesús, que postrado en vuestra santísima presencia, os ruego con el fervor más vivo que imprimáis en mi corazón los sentimientos de Fe, de Esperanza, de Caridad, de dolor de mis pecados y de propósito de no ofenderos más; mientras yo con todo el amor y con toda la compasión considero vuestras cinco llagas, comenzando de lo que de Vos, oh Dios mío, dijo el Santo Profeta David: Traspasaron mis manos y pies y contaron todos mis huesos.
( Según la intención del Sumo Pontífice y para ganar la indulgencia plenaria:
Padre Nuestro...,
Dios te Salve María...,
Gloria...).
( Contemplando una imagen de Jesús Crucificado ).